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Delirios surrealistas

Delirios surrealistas

viernes, 12 de octubre de 2007

Delirios surrealistas



Esta sección como ya he dicho anteriormente, tratará las extravagancias de locos genios y sabios pertenecientes al movimiento surrealista. Entrando a analizar sus obras pictóricas o gramaticales, así como intentaremos estudiar las mentes de los genios de hoy en día, Saramago, Sanchez Dragó, Eduard Punset, Fernando Arrabal, entre muchos otros.
El primer artículo va ser una breve explicación de las bases del surrealismo, para entender mejor toda la actividad y materia de este apartado. Animaros a leerlo os aseguro que no os dejará indiferentes.



EL SURREALISMO

En 1294 se publicó en París un manifiesto que despertó sumo interés en toda una joven generación de escritores, músicos y pintores. Numerosos artistas atraídos por las razones de su autor, se inspiraron en su extraño mensaje y crearon un conjunto de obras desconcertantes, pero llenas de fuerza, que transformarían radicalmente los presupuestos tradicionales. Se trataba de los surrealistas. Cuyo objeto ya difiere de los dadaístas desde 1922 se hace necesaria la ruptura con el dadaísmo debido a la antagónica manera de pensar de Tzara y Bretón.
Tzara quería prolongar artificialmente, sobre un plano ideológico, el estado anárquico del armisticio. Este estado de cosas no fue más que una transición hacia una nueva estabilización económica, social y política de Europa, al menos por unos años. Otras maneras de pensar se formaban a partir de los descubrimientos científicos, filosóficos y psicológicos de Einstein, Heisenberg, de Broglie y Freud, que inauguraban una nueva concepción del mundo, de la materia y del hombre. Las nociones del relativismo universal, la ruina de la causalidad, la omnipotencia del inconsciente, rompiendo con las concepciones tradicionales fundadas sobre la lógica y el determinismo, imponen una óptica nueva y convidan a búsquedas fecundas y apasionadas que hacen inoficiosos el alboroto y la agitación estériles.No puede negarse que gracias a Dadá el surrealismo desde sus comienzos negó la solución literaria, poética o plástica. El arte había recibido de manos de Dadá un golpe del que no se repondría en años, pero la ambición de los surrealistas no estaba en fundar sobre ruinas una nueva estética. Se ha visto que al final el arte encontró un beneficio de esto, que no fue un yerro. Al surrealismo lo consideraron sus creadores no como una nueva escuela, sino como un medio para el conocimiento de regiones novedosas que hasta el momento no habían sido sistemáticamente exploradas: el subconsciente, lo maravilloso, el sueño, la locura, los estados de alucinación. Si a esto se agrega lo fantástico y lo asombroso que existe en el mundo, tenemos, en una palabra, el reverso de la concepción lógica. El objetivo final será la conciliación de los dos campos hasta ahora antagónicos en el seno de una unidad total, primero de los hombres y luego de éstos y el mundo.Mucho tiempo después de la creación del movimiento, esta voluntad de investigación científica en la zona develada pro Freud no los abandona, y es desde éste punto de vista que será honesto juzgar los resultados literarios y plásticos a los que llegaron, sin pretender sujetarlos a cánones de arte y belleza a los cuales jamás quisieron someterse.
A diferencia de los dadaístas, los surrealistas, imaginaban una solución: surgía una nueva realidad a través de un retorno a las fantasías de la niñez y a la omnipotencia de los sueños.
El portavoz y guía, autor del manifiesto de 1924 era André Bretón, poeta francés interesado en las ideas de Freud. Bretón creyó percibir una afinidad entre el arte y la locura cuando atendía a los heridos durante la Primera Guerra Mundial. Más tarde intentó penetrar en su propio subconsciente y se interesó por las ciencias ocultas; practicó el espiritismo, estudió la hipnosis y trató de escribir en estado de trance. En 1921 publicó en unión de su amigo el poeta Phillippe Soupailt, los primeros "escritos automáticos", una colección de fragmentos literarios, futuro de ensueños subconscientes, reflejados en palabras e imágenes cuyo orden y significado procedían al azar.
Tres años después Bretón publicó el "Manifeste du surréalisme", que exponía su filosofía del arte como expresión del subconsciente, "Debemos romper las ataduras a la razón", declaraba. Había que desechar toda pretensión formal; el artista debía convertirse en "mero mecanismo de grabación de sus sueños". Quienes estuviesen dispuestos a crear, "libres de control de la razón", hallarían una nueva "realidad absoluta o superrealidad".


Bretón no fue el primero en percatarse del poder misterioso de lo irracional y de la omnipotencia de los sueños. La inspiración surrealista se había manifestado hacía siglos en las fantasía góticas de Hieronymus Bosch (El Bosco, pintor flamenco del siglo XV), en los "sueños" y "pinturas negras" de Francisco de Goya, en el siglo XVIII, y en las visiones de pesadillas del escritor estadounidense Edgar Allan Poe . En Francia, Charles Baudelarie y Arthur Rimbaud fueron los predecesores inmediatos del surrealismo, así como el conde de Lautréamont y Guillaume Apollinare.
Pero el oráculo del movimiento, el teórico cuyas enseñanzas revolucionarias sirvieron a Bretón para su programe, fue Sigmund Frud, primero en destacar el papel decisivo que desempeña la memoria y el subconsciente en el comportamiento humano.
Freud entendía que la mente consciente, condicionada por las convenciones sociales, ofrece una imagen limitada y engañosa de la personalidad, y que en el nivel más profundo de los sueños los hombres expresan sus deseos y preocupaciones, mediante un lenguaje oculto de símbolos y asociaciones.
El Inconsciente. La escritura automática y algo sobre Freud.
El Psicoanálisis y la doctrina sobre el subconsciente de Freud tuvo una gran repercusión sobre el arte y la literatura. El Surrealismo es una palabra francesa que se puede traducir por sobrerrealismo. En 1924 André Bretón en su manifiesto Surrealista señaló que el arte debe brotar del subconsciente; así el artista recogería en una libre inspiración sus imágenes soñadas y llegaría a una sobre-realidad en la que ya no existe distinción entre el sueño y la realidad. También debe ser importante para un artista derrumbar la censura de la conciencia con el fin de dejar correr libremente las palabras y las imágenes. En cierta manera Freud había presentado una prueba de que todos los seres humanos son artistas pues un sueño es una pequeña obra de arte con el fin de interpretar los sueños de los pacientes, a menudo Freud se vio obligado a manejar una gran cantidad de símbolos, más o menos como cuando interpretamos un cuadro o un texto literario.
Para los artistas es muy importante dar rienda suelta a la imaginación. Los surrealistas intentaron colocarse a sí mismos en un estado en que las cosas simplemente venían por su cuenta. En una hoja en blanco comenzaban a escribir sin pensar en qué escribían, lo llamaban escritura automática, una expresión tomada del espiritismo, en el que un médium pensaba que era el espíritu de un muerto el que dirigía la pluma.
Freud también se interesaba por el arte y escribió amplios ensayos sobre la "Monna Lisa" de Leonardo de Vinci, y "El Moisés" de Miguel Ángel; buscaba en estas obras indicios ocultos que revelasen el mundo interior de sus autores. Sin embargo, nunca preconizó el tipo de experimentación que propugnaba Bretón. De hecho, éste halló bastante indiferencia en Sigmund Freud, cuando en 1921 le habló de su exploración artística del subconsciente.
Y fue el surrealismo quien recogió su herencia. Un impresionante elenco de artistas de todo el mundo acabó por reunirse en torno a Bretón. Entre ellos cabe citar a Jean Arp, Max Ernst, Alberto Giacometti, Rene Margaritte, André Masson, Joan Miró, Yves Tanguy y Salvador Dalí.
Como Bretón era poeta, la primera expresión del surrealismo fue escrita. Los autores procuraban desterrar toda lógica y permitir a las imágenes, palabras y frases brotar sin obstáculos desde el subconsciente hasta el papel.
No obstante, la vida literaria del surrealismo, fue muy corta. El mero relato de sueños y ensueños resultó a la larga un campo demasiado estrecho para los más brillantes. Bretón también comprendió y con su vigorosa dirección imprimió al movimiento un nuevo giro.
André Bretón, por su porte distinguido, carácter autoritario y dotes oratorios, pudo haber sido un magnífico líder político. Aunque su intención era transformar el reino de la mente, pronto llegó al convencimiento de que debería antes derribar el sistema político y social de su época. Las primeras extravagancias y publicaciones de los surrealistas, concebidas para fustigar al público y alertarlo de sus desatinos, sólo provocaban rechazo. En cierta ocasión, la prensa se volvió contra Bretón y otros cuando promovieron un alboroto en un solemne banquete literario.
Más tarde el movimiento se unió a los comunistas y apoyó con entusiasmo sus pretensiones de revolución mundial. Como órgano oficial de expresión, Bretón fundó en 1925 la revista titulada "La revolución surrealista". En 1929 publicó un segundo manifiesto colocando a los suyos "al servicio de la revolución". Proclamaba que la tarea suprema del arte era la creación de un nuevo orden universal.
Sin embargo, los surrealistas nunca llevaron adelante un programa político común. Eran demasiado individualistas para adherirse al estricto dogma del comunismo oficial y como intelectuales apenas mostraban algo más que una simpatía teórica hacia el proletariado.


Primer manifiesto surrealista 1924.

“Antirrealismo, antinaturalismo, negación y execración absoluta de lo real es lo que resalta desde la primeras páginas en el primer Manifiesto de Bretón: "Hay que hacer el proceso de la actitud realista". Se rebela contra el "reinado de la lógica", contra el "racionalismo absoluto que sólo permite captar los hechos relacionados estrictamente con nuestra experiencia". Elogia "los descubrimientos de Freud, gracias a los cuales el explorador humano no podrá ir más lejos en sus búsquedas, autorizado ya a no considerar únicamente las realidades sumarias". Y afirma categóricamente "la imaginación está a punto de recobrar sus derechos". El camino para ello consistirá en no cerrar las vías d expresión a los sueños con el muro de la realidad. "Creo -expresa Bretón- en la resolución futura de esos dos estados, en apariencia contradictorios, como lo son el sueño y la realidad; en una especie de realidad absoluta, de superrealidad, si así puede decirse".
André Bretón define al surrealismo como: "Automatismo psíquico, mediante el cual se pretende expresar, sea verbalmente, por escrito o de otra manera, el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento con ausencia de toda vigilancia ejercida por la razón, fuera de toda preocupación estética o moral".
En cuanto a su concepción filosófica: "el surrealismo reposa sobre la creencia en la realidad superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta ahora, en la omnipotencia del sueño, en el juego desinteresado del pensamiento. Tiende a desacreditar definitivamente todos los demás mecanismos psíquicos, reemplazándolos en la resolución de los principales problemas de la vida".



1 comentario:

Adriana Paoletta dijo...

bellísimo blog! un placer leerte!
Un abrazo de luz
Adriana